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Lavado Exterior

El lavado exterior es unos de los pasos más importantes en el detailing. Acompáñame y te enseño los 7 pasos esenciales que harán dejar tu vehículo como el primer día.

Agua a presión

La primera etapa implica el uso sabio del agua a presión. Más allá de simplemente reblandecer la suciedad adherida, este paso prepara la superficie para los pasos venideros. Un consejo invaluable es manipular el mango de la manguera a presión rápidamente y a poca distancia, una técnica que no solo facilita la eliminación de la suciedad, sino que también acelera el proceso de limpieza.

Bajadas

El segundo paso nos invita a explorar las áreas más escondidas, abriendo capó, maletero y puertas para revelar las bajadas. Equipados con un rociador, un cepillo de detailing pequeño y un producto APC, nos sumergimos en la delicada tarea de frotar cada rincón hasta obtener una espuma blanca como la nieve, asegurando una limpieza integral y minuciosa.

Ruedas y llantas

Con el tercer paso, nos dirigimos a las ruedas y llantas. Aunque la perfección sería retirar la rueda para un detailing a fondo, la realidad es que este proceso puede ser delicado y, en algunos casos, dañino para la llanta. Optamos por trabajar con la rueda en su lugar, utilizando un rociador, un cepillo pequeño y un producto APC para acariciar delicadamente cada rincón, garantizando que la espuma resultante sea tan blanca como la pureza misma.

Espuma

La cuarta etapa implica el uso de espuma generada a partir del producto APC mediante un foamy lance. Este método asegura que el jabonoso líquido se adhiera a la superficie, permitiendo que trabaje de manera efectiva para eliminar la suciedad acumulada. Si la espuma parece desvanecerse demasiado rápido, la estrategia recomendada es rociar por secciones, asegurando así una limpieza exhaustiva.

Técnica de 2 cubos

El quinto paso, la técnica de 2 cubos, es una obra maestra en protección. Dos cubos, uno con champú y agua, y otro solo con agua limpia, cada uno equipado con decantadores, aseguran que la manopla permanezca libre de contaminantes. Sumergimos la manopla en el cubo con champú, frotamos las áreas previamente rociadas con espuma y, una vez limpia, la sumergimos en el cubo de enjuague. Repetimos este proceso hasta que cada rincón del vehículo brille con limpieza.

Enjuague

La sexta etapa requiere un enjuague minucioso utilizando agua sin presión para eliminar cualquier rastro de espuma que aún persista en la superficie. Este paso es crucial, ya que prepara el lienzo del vehículo para el último tratamiento.

Secado

El toque final, el séptimo paso, implica el secado. Para esta etapa, podemos elegir entre toallas de microfibra y aire a presión. Aunque las toallas son efectivas, el uso cuidadoso del aire a presión se destaca como la opción menos dañina para la pintura. Es esencial manejar las toallas de microfibra con precaución, apoyándolas en las zonas necesarias sin arrastrarlas, para evitar posibles daños.